Amigos para Siempre
Educar a los hijos es realizar acciones que favorezcan el crecimiento y sano desarrollo infantil. La adquisición de habilidades sociales es un aporte más, para el logro de la madurez socio afectiva, misma que ponemos a prueba cuando interactuamos y nos relacionamos con los otros, es por ello tan cierta la expresión:
“Entre más maduro soy, es más fácil convivir conmigo”. Es en casa donde el hijo a través de la convivencia con los otros miembros de la familia, empieza a ensayar roles sociales, siendo la escuela el principal exponente para la socialización. Resulta vital entender cómo se construye la personalidad, e identificar los elementos esenciales para ello como son: temperamento, carácter, entorno familiar y social, mismos que dan formación a la autoestima, la valía y certeza personal, el aprecio hacia sí mismo, con el pleno reconocimiento de las habilidades y capacidades que se tienen.
Tres elementos integran la autoestima, mismos que si se desean elevar debemos tomar en cuenta: IDENTIDAD (¿quién soy?), CAPACIDAD (impactar o resolver) y el SENTIDO DE PERTENENCIA (ésta es mi familia, éstos son mis amigos). Es por ello, que los lazos afectivos resultan especialmente importantes durante la infancia y adolescencia; son los amigos y la forma de interactuar con estos, los que determinan el estilo de interacción que se adopta.
Analicemos el papel que juegan los amigos en el desarrollo infantil, es con los amigos y principalmente en la escuela donde se entrena y aprende a convivir. La escuela como principal espacio de aprendizaje, después de la familia, ha integrado en su esquema de enseñanza aprendizaje 4 pilares de la educación, donde uno de ellos está enfocado al proceso de socialización: “Aprender a Ser con los Demás”, mismo que hace referencia al desarrollo de habilidades sociales, la empatía, la capacidad de resolución de conflictos, entre otras.
La madurez socio afectiva y por ende las habilidades sociales se dan, cuando dentro de este entorno escolar o de amigos, se aprende a negociar, esperar turno, controlar la impulsividad, tener empatía, flexibilizar el pensamiento, adaptarse al cambio, seguir el liderazgo de otros o ser líder, trabajar en equipo, esto es a verse proyectado en el otro.
En un plano más personal e íntimo, un amigo en la vida de un niño da la connotación de pertenencia y afinidad, se forman lazos solidarios de ayuda y colaboración entre ellos. Más allá de ser un compañero de juego, es el colaborador en la formación de la personalidad y promotor de habilidades sociales.
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